Diario de un náufrago

En el crómlech de Acebedo

Eso de encontrar la felicidad es un mito, que es mucho más «tangible» y «objetivo» encontrar tu sentido de pertenencia o de tribu, tu sentido de misión o propósito, tu sentido de trascendencia y tu sentido de narrativa. El resultado, nos advierten, es el gozo y la paz, la alegría profunda «en cada célula» de tu ser hasta alcanzar lo que Osho -Oso para los amigos- llamaría la superconsciencia (para alguna supraconsciencia), un estado en el que continuamente fluyes.

Y fue así, fluyendo, como nuestro sentido de tribu nos llevó a celebrar los cumpleaños de La Gran Druidesa Pas Caroline & de La Guardiana de los Círculos de Sanación Pas Begoña disfrutando un finde juntos «cerca del crómlech de Acebedo» a las puertas de Lughnasadh, que simboliza el agradecimiento de la cosecha.

Y con esta intención el primer comando operativo puso rumbo a Riaño para contactar con La Maestra Belén Kundalini que, gracias a la información de su íntima amiga Loreto, sabía de un buen sitio para dormir. Por el camino, cientos de miles de microconversaciones: la creación de una tribu en las que las necesidades básicas estén cubiertas por algunos miembros y así otros se pudieran dedicar a lo más espiritual, a la sanación (algo parecido a lo que ocurría en las primeras comunidades cristianas) o sobre la necesidad de respetar espacios en la pareja si no quieres sentirte engañado. También, mirabile visu (admirable de ver), hubo mucho interés por parte de La Gran Druidesa Pas Caroline y de la Duendecilla Druidesa Pas Noemí por conocer el «régimen de vida» de alguien del Opus Dei.

Después de bajar al embarcadero -con la compañía virtual de Popeye que le pareció admirable mi último artículo sobre El sexo– nos acercamos al Columpio Gigante de Riaño y a su cola de tres horas que parecía sacado de la famosa serie de Netflix El juego del calamar.

Duendecilla Druidesa Pas Noemí & Gran Druidesa Pas Caroline & Alférez Provisional Probe Miguel.
Encuentros en la Tercera Fase entre Casa Asturias & Casa Galicia.

Conversando, conversando y conversando, llegamos a Acebedo. Allí, nos hicimos íntimos de Oscar, un lugareño medio asturiano que nos habló de la posibilidad de subir «sin problemas» al refugio, del gran ambiente que habría en el bar hasta las cinco de la madrugada y del concierto de Loquillo esa noche en Riaño… solo le faltó invitarnos a tomar una caña. Así da gusto.

Nada más salir del pueblo nos encontramos con la Piscina-Paraíso de Acebedo que catamos antes de llegar a nuestro destino.

Piscina-Paraíso para la que seguro han necesitado muy pocos recursos económicos. Como detalle, el que no hubiera papeleras. El agua estaba fresquita, pelín sucia (para algunas almas sensibles), tersa. Salías tonificado.

Y, extasiados de tanta belleza, llegamos a nuestro refugio de montaña.

Refugio perfectamente equipado.

Después, nos acercamos con respeto al crómlech. Pero ¿Qué es crómlech?​ Proviene del galés crom-lech o crom-leach y es un monumento megalítico -entre 3500 y el 1500 a.C- formado por piedras o menhires introducidos en el suelo y que adoptan una forma circular similar a un muro o elíptica, cercando un terreno.

Hay más del mil documentados solamente en las Islas británicas; el más famoso es Stonehenge en Wiltshire, Reino Unido. Los últimos estudios señalan que estos círculos utilizan «alineamientos celestes y del paisaje para señalar eventos astronómicos y muchos de ellos comparten formas geométricas y sistemas de medida».
«Los crómlech evocan un mundo perdido de misteriosas ceremonias, astrónomos druidas, danzas paganas y singulares anticuarios».
Pas Caroline nos enseña -a la velocidad de cómo se mueve la tierra- el crómlech. Quienes lo hicieron, dicen los estudios, «tenían un entendimiento muy profundo de ingeniería, topografía, geometría, metrología y astronomía».

Después, picoteamos alguna cosilla -apenas habíamos traído comida pues somos una tribu penitente que se alimenta del espíritu- e inspeccionamos el lugar. Pero penitente en el sentido de sacrificado, es decir, sacrum-facere, o sea, hacer algo sagrado. Conocimos entonces a José Luis, el veterinario de la zona, hombre curtido en mil batallas y que nos habló entusiasmado de su profesión, de sus sabores y sinsabores con algunos agentes forestales –alguna druida estaba especialmente interesada en los agentes forestales-, de su estancia en los agustinos y del affaire de una pareja bilbaína que le robó un cachorro «porque pensábamos que estaba abandonado…». Otro miembro de la tribu, Neo Justus, estuvo muy presente ante la posible posibilidad de que le cuadrase acercarse ante sus múltiples quehaceres: seguramente estaría negociando con el Banco Central Europeo la nueva subida de tipos de interés o en las negociaciones para sacar trigo de Ucrania. También, por supuesto, estuvieron muy presentes en nuestras mentes y en nuestros corazones otros druidas: Javi PAS y Eli Pas.

Pero La Guardiana de los Círculos de Sanación Pas BegoñaDeo gratias– sí que pudo «escaparse»… y ¡de una boda!: así pudimos completar el segundo comando operativo. Y por un bosque élfico fuimos a recogerla.

Bosque de la Comunidad del Anillo. Nos pareció ver por allí algún hobbit.
Conforme las mujeres salvajes pisaban tierra, y por efecto milagroso, rejuvenecían.

En mitad del camino nos encontramos con la materialización artística en plena naturaleza salvaje de las enseñanzas de nuestro amigo Osho, el del libro del Sexo y la superconsciencia: el Banco de Besar y meditar.

Sesión de abrazoterapia.
Así, sin prisas, slow.
Compartiendo, sintiendo.
Viviendo el ahora, viviendo el momento.

Después, nos encontramos «causalmente» con el artífice material de la obra que nos explicó que se dedicaba a pescar y a cazar, pero que ya solo pasea, solo, con su pequeña hacha, para descubrir nuevos parajes donde plasmar su arte. Al poco, para racionalizar este intenso microencuentro, hicimos una pequeña parada de meditación cerca de donde más tarde un grupo de boy scouts podrían un campamento.

Círculo de… en mitad del bosquecerca del campamento Boy-scout.
Fluir & Slow.

Nada más llegar apreciamos la hospitalidad de un pueblo «tan conectado con la naturaleza» -como se da en algunas regiones del norte (y del sur) de España- pues, gente espiritual que somos, ninguno llevó cartera para pagar la consumición en el bar: los dueños no solo no mostraron problema alguno, sino que continuamente nos iban pasando bandejitas con productos ciertos de la zona. Al día siguiente -«Un Lanister siempre paga sus deudas»- saldamos la cuenta.

La Maestra Belén Kundalini nos enseña cómo preparar una buena copa de whisky con Ginger ale con un poco de lima en doble tirabuzón. Una buena entrada para una partida de póker que hay por ahí... muy parecida a las de Molly Bloom, la princesa del póker…
Cinco druidas se dejan fotografiar ante la mirada atónita de un alma inocente.

Un nuevo bañito en la Piscina-Paraíso y de vuelta al refugio.

Agua Fresquita & Soleil Levant & Naturaleza Salvaje & Buena Compañía= Alegría de la Buena.
Con un sentido del tiempo y de la orientación impresionantes por parte de algunas druidas -otros tienen otros dones- llegamos con las últimas luces al refugio antes de que nos pillara el cierzo.

Después de una frugal colación -eso sí, bien regada con Barbadillo de Jerez en bota- y al calor de la chimenea, salimos a contemplar el firmamento: sentido de trascendencia.

Belén Kundalini, canal de luz y calor.

La Guardiana de los Círculos de Sanación Pas Begoña saltaba de júbilo. Y allí, en medio del crómlech, nos tumbamos extasiados mirando al cielo y a las miríadas y miríadas de estrellas, algunas fugaces. «Un momento de transcendencia», diría uno. «Como un vacío», diría otra. «Una sensación rara, como si estuvieras en el Show de Truman«, añadiría una tercera. Y por allí, todo era juego, alegría, contemplación.

Cuida y juega con su hijito porque el veterinario tuvo que cortarle un poco la cola para que no la atraparan los lobos.

Poco a poco, nos fuimos despidiendo del Universo para caer rendidos en el mundo del inconsciente, sin sueños lúcidos pero con alguna que otra pesadilla. Cuatro mujeres salvajes en el suelo; el Probe Miguel, alférez provisional lumbagoso, y para su humillación, en el colchón…

El domingo amaneció radiante, cargado de música y de risas.

En contacto con la naturaleza y con nuestros «amiguines» animales.
Risas y más risas.
Reponiendo la leña consumida por la noche.

Como habían confirmado su presencia La Maestra Gabriella y La Reflectora Pas Henar, como buenos Jóvenes Castores, fuimos a recogerlas al pueblo.

Estábamos parte de la Comunidad del Anillo: Gandalf, Galadriel, Frodo, Légolas, Aragorn, hijo de Arathorn…
Performance de la que estaría más que orgulloso nuestro Víctor M. Díez.

La Maestra Belén Kundalini, laboriosa, regresó a León. En Acebedo, siempre acogedor, nos encontramos con una señora que nos puso al día de la jubilación del sacerdote del pueblo, después de 60 años, muy querido por todos, y de su despedida el día anterior -«en la que no participó el nuevo (…)»- y del funeral a las 18.30h de otra señora mayor. Como rito de acogida, nos dimos un bañito en la Piscina-Paraíso.

Nuevo grupo, nuevas energías. Perdimos a La Maestra Belén kundalini e incorporamos a La Maestra Gabriella y a la Reflectora Pas Henar: tercer comando operativo. Conformado el grupo, una de las druidesas mártir-investigadora se dedicó a eliminar sin piedad en plan Kill Bill de Tarantino al resto de los componentes del grupo de wasap…

Después del bañito, regresamos al hogar con la idea clara y distinta de no tardar más de tres horas… Y es que algún desconfiadillo alférez provisional que había por allí… Al poco, la Duendecilla Pas Noemí nos descubrió unas cascada…

Ni en la Amazonía…
Cinco mujeres salvajes en su hábitat. Como dice nuestra amiga Clarissa Pínkola Estés : «En toda mujer hay fuerzas poderosas por descubrir…».
Algo así debía de ser el Paraíso Natural en estado de inocencia. «Si todo es sagrado, ¿Cómo puede algo estar mal? Pregúntate a ti misma cómo puedes alterar tu consciencia para ver tus circunstancias a través de los ojos de lo divino, y entonces te darás cuenta de lo perfecto y sagrado que es todo ahora mismo.» (La sacerdotisa del altar).
Gran Druidesa Pas Caroline en su medio natural.

Y por el bosque, y perfectamente orientados, regresamos al hogar.

La Reflectora Pas Henar muestra por qué son el 1% de la población
La Maestra Gabriella: Eva & Lilith.
Conversando del perdón del Papa sobre los abusos cometidos a niños y vulnerables en Canadá y de la misión de algunos druidas de volver a los orígenes del cristianismo, reconciliando diferentes caminos : sentido de misión o de propósito.

Una vez en la Caseta del Prao Escobio, y aunque al Probe Miguel Alférez Provisional le hubiera encantado participar del ritual en el crómlech -del que no se guarda evidencia alguna-, decidió participar en otro rito litúrgico y volver por el camino fácil a Acebedo a un funeral que -y se admiten todo tipo de interpretaciones- al final no pudo ser porque se había adelantado.

Y tuvo que elegir. ¡¡¡¿Por qué…?!!! Y es que se hubiera quedado en el ritual «pagano», ya que para él «todo es sagrado».

-Pero, ¿tú vas al funeral porque eres católico?

-Sí, voy a misa todos los días.

-Pero, ¿estás abierto a otras posibilidades…?

-Estoy abierto a todas las posibilidades.

Momento de preparación del ritual, del que no hay evidencia alguna… Atentos a la luz que se percibe…

Después, las cinco druidas bajaron por el bosque hasta Acebedo seguro que dejando atrás cualquier tipo de miedo: al agua, a la noche, a lo perros…

En el banco de Besar y Meditar.

Después de no asistir a ningún ritual y como era un finde de penitencia, el Probe Miguel se fue al bar a ahogar sus penas con una buena jarra de cerveza con limón mientras veía cómo la selección alemana ganaba a la inglesa en el europeo femenino y pensaba sobre la amistad, la vida y la muerte.

Probe Miguel -con su toalla multiusos- intentando practicar el estoicismo, tan alabado por nuestro Rafael Santandréu.

Triste, se fue a la Piscina-Purgatorio y mientras leía a María Konnikova, la psicóloga que luego sería campeona del mundo de póker como escribió en El gran farol, esperó tranquilamente al resto de la tribu. Antes, se había alejado un poco de un par de chicas que se estaban contando -y para quien estuviera cerca- todo tipo de intimidades físicas de sus múltiples conquistas -quizás las conquistadas fueran ellas- en pocas semanas, pobres. Y de repente, a saber qué estuvieron haciendo en el crómlech -no se guarda evidencia alguna-, las mujeres salvajes aparecieron

Conmovieron al Probe Miguel, Persona Altamente Sensible. ¡Vaya detallazo!

Pero del no-tiempo del fluir volvimos a la realidad de golpe.

Así, nos despedimos, esta vez de manera bastante ágil, y pusimos rumbo a León. En nuestro coche -en el que milagrosamente había menos sitio, que se habían multiplicado los trastos- nos vimos de repente acompañados por María del Monte, Sabina, Ana Belén, El Arrebato –porque todos somos Gente Luminosa y que da calor-, Espanto -Atravesado por el rayo– y de Triana Pura y su Probe Miguel, por supuesto.

De este finde mágico han pasado ya unos días y todos estos recuerdos están escritos… con mucho amor: sentido de narrativa.

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