
Don Draper, en el segundo capítulo de la primera temporada (El tocador de señoras) de la multigalardonada serie Mad Men, dice: «En política, religión o sexo… ¿porqué hablar de ello?». Pues eso.
Acabo de terminar un libro que abre puertas, El libro del sexo. Del sexo a la superconsciencia, de Osho: «Al fin y al cabo, lo que más deseo es que la energía sexual de cada persona se transforme en una escalera para llegar al templo de la superconsciencia». Sobre este tema tan trascendental -y divertido- siempre me ha parecido necesario tener criterio propio, es decir, reflexionado, meditado, vivido. Y, porque en conversaciones con una «amiga del alma» hablábamos de la necesidad de una sólida educación afectivo sexual desde pequeños, y porque fue precisamente esta amiga del alma quien me dijo: «te traje este libro», comencé con curiosidad y verdadera ilusión a introducirme en el pensamiento de Osho (Oso para los amigos) sin saber mucho de él. Y me acerco a él como un mero observador, sin prejuicios, a ver qué pasa… (por eso de una de las leyes cuánticas que la mirada del observador transforma lo observado).
Además, anoche tuve una luz: reflexionar por escrito sobre la sexualidad desde diferentes sistemas de pensamiento, tradiciones, religiones para «sacar lo que haya de bueno» y proporcionar herramientas sólidas, antropológicas a nuestros más pequeños -y más mayores- y así podamos entendernos y entender mejor a los demás. Porque, sin ser conspiranóico, echo en falta una educación afectivo sexual que dé respuestas creativas, significativas y entretenidas a cuestiones e inquietudes de fondo y que, a la vez, inunde el alma de paz y sosiego. Porque sino nuestros pequeños -y mayores- intentarán buscar respuestas fáciles, dopamínicas y cortoplacistas en la pornografía, en lo que ven como natural y normalizado en las series de moda (y que se transforma en inconsciente colectivo) o en First Date, o en lo que les cuente el enteradillo de turno.
También hay otra cuestión que me resulta paradójica. ¿Después de veinte siglos de experiencia, doctrina, reflexión, oración, por qué un cristiano bautizado se aparta de su religión? ¿Piensa que no puede o no debe o no sabe vivir esa fe tal y como se la han explicado? Pero, ¿qué le han explicado? ¿Se quedó acaso con tres aforismos que escuchó de pequeño de un sacerdote que lo dejó y que no le cuadran en su vida? ¿Acaso no confía en la autoridad de unos sacerdotes «que predican algo que seguro no viven»? Pero, ¿cómo se habla del sexo en la Iglesia católica? ¿Se ve como algo sagrado, sacro o como dice Osho como condena, pecado? ¿Por qué tantos piensan que no es conveniente o imposible que exista el celibato… no será porque no captan su belleza, su hermosura… porque les parece inhumano o que no merece la pena «vivir así»? Y me acuerdo ahora de unas palabras de San Josemaría Escrivá (Fundador del Opus Dei) que hablaba de ser contemplativos (santos) en medio de lo cotidiano y comparaba el altar del Sacrificio con el lecho matrimonial. Y pienso que aún falta mucha pedagogía dentro de la Iglesia jerárquica -la Iglesia la formamos todos los bautizados, que todos somos sacerdotes (es lo que se llama el «sacerdocio común»)- para saber explicar la hermosura de la sexualidad, de lo sagrado; porque todo, y más el ser humano, es sagrado. Y recuerdo ahora el impacto que me causó leer Amor y responsabilidad del entonces Cardenal Karol Wojtyla, más tarde Juan Pablo ll, cuando hacía primero de Derecho, hace ya unos añitos. Y, más reciente, su Teología del cuerpo, libro complejo pero que también abre puertas (su referencia al «principio» para descubrir el designio de Dios sobre el cuerpo, la sexualidad, el matrimonio; el «significado esponsal del cuerpo», o «el don sincero de sí», el no usar a las personas como objetos…). En mi caso particular, como se sabe, soy célibe desde siempre y estoy feliz, y cada día más -si se puede hablar así- de entregar todo mi amor, mi ser, mi alma y mi cuerpo a Dios y, como consecuencia, a todos los demás.
Pero volvamos a nuestro Osho…
Osho (Bhagwan Shree Rajneesh, 1931-1990), considerado por el Sunday Times como unos de los «mil artífices del siglo XX», dice Wikipedia que «era controvertido por su abierta crítica a Mahatma Gandhi, a los políticos y a las religiones institucionalizadas (como el hinduismo, el cristianismo y el islam)». En este libro de 330 páginas, la crítica a estas religiones «institucionalizadas» es constante porque, según él interpreta, al considerar el sexo como pecado -porque «viven una sexualidad reprimida»- han ocasionado el efecto contrario de pansexualidad por la Ley del efecto inverso: la mente se siente atraída e hipnotizada por lo mismo que intenta evitar. Intentar huir del sexo es convertirte en esclavo del sexo.
Su pensamiento podría resumirse así:
–El sexo es la energía de la vida que puede convertirse en pecado y también en lo más sublime. «Llevamos milenios condenando el impulso de la procreación; en lugar de respetar el sexo, lo denostamos (…) La represión da el resultado opuesto» (…) No hay que luchar contra el sexo, hay que comprenderlo». «La trascendencia puede darse únicamente cuando has conocido el secreto del sexo, y el secreto radica en que es un recurso biológico, natural, para que tomes consciencia de la meditación. La meditación se descubrió por mediación del orgasmo sexual. La meditación es un descubrimiento, no un fenómeno natural. Supera la naturaleza, la trasciende». «Del sexo surge el verdadero celibato, pero solo del sexo verdadero y auténtico». «Lo animal, lo humano, lo divino: son los tres niveles que hay en ti. El nivel animal consiste en el sexo, el humano en el amor, el divino en la oración. Es la misma energía, que se expresa de formas cada vez más elevadas: el lodo, el loto, el perfume«.
–El sexo es bioelectricidad: ¿Cómo lo usamos? De entrada, no lo condenes. Conoce esta energía y utilízala. «Este mundo solo se librará del sexo cuando seamos capaces de mantener un diálogo normal y sano con él». «Yo os digo que si llegáis a comprender ese fuego, no será un enemigo, sino un amigo». «El día en que seamos mejores personas, el día en que el rayo de la verdad ilumine nuestras vidas, el día en que vislumbremos la superconsciencia -el día en que empecemos a ver lo divino en nuestra vida cotidiana-, esos predicadores no servirán de nada».
–El sexo es algo natural, normal. Como dormir o tener hambre. «A la aceptación completa de la vida, a todo lo que es natural en la vida, yo lo llamo religiosidad». «La sexualidad es un fenómeno sencillo, biológico, no habría que darle tanta importancia. Su única importancia radica en que la energía puede transformarse, llevarse a planos más elevados, alcanzar mayor espiritualidad. Y la forma de hacerla más espiritual consiste en restarle seriedad».
–El sexo, que es el primer nivel de consciencia, puede girar en sentido horizontal: entonces no saldrás de él. Pero también en sentido vertical (kundalini), hacia otros niveles de consciencia (de ahí el subtítulo del libro) hasta llegar a lo que él llama «la iluminación». Tratar de sexo es tratar de lo sagrado: «Y en la medida en que eres plenamente consciente, tu vida entera es una virtud, cuanto hagas tendrá el sabor de la pureza, la fragancia de lo divino». «El amor está en el interior de todos los hombres: estamos aquí para fluir como el amor y alcanzar lo divino». El sexo, «es el punto de partida de todos los viajes del amor» y «no nos entra en la cabeza que es la energía sexual la que se transforma y transmuta en amor». El sexo es el carbón (kama), pero el objetivo es convertirse en diamante (Rama, santidad, celibato). Entonces, «¿Porqué toda la cultura humana ha estado en contra del sexo, de la pasión?». «No hay que luchar contra el sexo, sino reconciliarse con él y elevar a las alturas el caudal de la vida». «Cuando un hombre se acerca a su mujer, debería tener la sensación de hallarse ante lo sagrado, como si se adentrara en un templo. Y cuando la mujer se aproxima al marido, debería inundarle la sensación de lo sagrado, de lo reverencial, como si estuviera en presencia de un dios». «El sexo es la fusión de dos individuos minúsculos, una fusión momentánea; la superconsciencia es la fusión de una gota de agua con un océano ilimitado. «Pisar el primer peldaño con comprensión y atención… no se trata de quedarse en ese peldaño, sino de poner los pies en él y rebasarlo».
Pero, ¿qué hay que comprender del sexo, para que sea nuestro amigo?:
-«Lo primero que hay que comprender es que toda persona nace por medio del sexo. La fisiología de una persona está compuesta por átomos de energía sexual. Y «un átomo de energía sexual humana crea una nueva vida, una nueva persona».
-«La atracción del ser humano hacia el sexo no es hacia el sexo: La atracción consiste en lo siguiente: en su vida normal los seres humanos son incapaces de llegar a las profundidades de su ser, excepto con la experiencia del sexo (…) En el orgasmo se desvanece el ego y se anula el yo -la persona se olvida de si es o no es- y en segundo lugar durante un rato no hay tiempo. Surge la eternidad.(…) Estos son los dos momentos más importantes de la experiencia religiosa: la ausencia de ego y de tiempo. Y son estos dos elementos lo que explican el tremendo instinto sexual de los seres humanos (…) Pero, ¿por qué esta ansia? Porque en cuanto desaparece el ego, se vislumbra el alma; en cuanto desaparece el tiempo, se vislumbra lo divino. Existe una experiencia religiosa, una experiencia espiritual, bajo el anhelo del sexo. Si tomamos conciencia de esta experiencia, trascenderemos el sexo. Si no, viviremos y moriremos en el sexo. Si la experiencia que se obtiene mediante el sexo puede obtenerse por otros medios, dejaremos de inmediato de precipitarnos hacia el sexo y empezaremos a seguir ese nuevo camino». «Hay que comprender tres cosas: qué es el sexo, dónde está la raíz de la atracción y porqué se ha pervertido: así nuestra mente superará la inclinación por el sexo». «Si vislumbráis esa maravilla incluso una sola vez (en el momento del orgasmo no sois un cuerpo), podréis profundizar y aferraros a ella mediante la meditación: se puede experimentar y vivir plenamente con la meditación«. «Cuando se ha llegado al estado de celibato, cuando se haya completado el viaje del sexo a la superconsciencia, se desearán hijos. Pero entonces el hijo será una verdadera creación. El sexo solo supondrá un medio para conseguirlo».
-«Hay formas más fáciles de obtener la misma experiencia: la meditación, la práctica del estado de atención vigilante, el yoga».
-«La principal válvula por donde pierde energía una persona es el sexo. Pero brevemente se entrevé cierta satisfacción. Pero ¿tenemos otra manera de vivir la experiencia en la que llegamos a lo más recóndito del ser, en la que alcanzamos la cúspide de la vida, en la que entrevemos la dicha y la paz de la vida? ¿existe otra manera de llegar a nuestro interior?». «Existe dos vías para alcanzar la consciencia: el sexo -es la vía que nos proporciona la naturaleza- y la meditación. El sexo hace referencia al animal que vive en nuestro interior y «el animal oculto en el hombre siempre está deseando que lo dejen suelto»: y «no se derrota a este animal, no se le vence, hasta que la consciencia del hombre se eleva por encima de la puerta animal que proporciona la naturaleza». Por eso, no hay que cerrar esta puerta, «causa problemas»: abrir una nueva puerta antes de cerrar la otra: «que esa energía pueda fluir por otro camino». Intentando suprimir el sexo, te esclavizas al sexo.
-¿Cómo educar a los niños?: «Antes de que madure en ellos la energía del sexo, antes de que cumplan catorce años, deben conocer mutuamente sus cuerpos, para que desaparezca la lujuria». «Al niño no hay que ponerle en contra del sexo; hay que ofrecerle algo positivo: cómo aproximarse a la meditación«. «De modo que el primer paso para la transformación del sexo consiste acercar a los niños pequeños a la meditación, iniciarlos en la paz, en la ausencia de pensamiento, en el silencio (…) La energía madurará y empezará a fluir por la puerta que ya está abierta. Habrán conocido la experiencia de la paz, la dicha, la ausencia de tiempo y de ego, mucho antes que la experiencia del sexo». «La meditación es el primer paso en la disciplina del celibato, en la disciplina de trascender el sexo, en la disciplina de transformar la energía sexual. El segundo paso es el amor… Esa satisfacción es mucho más profunda y mucho más valiosa que la que proporciona el sexo. Quien conoce esa satisfacción nunca buscará sustitutos. Se alcanza dando, compartiendo, no quitando… cuanto más llena de amor está una persona, mayor y más profunda es la satisfacción que siente, mayor la alegría, y por cada célula de su ser fluye una sensación de plenitud«. «Sencillamente, no se mueve en esa dimensión porque la satisfacción que antes conseguía durante unos momentos mediante el sexo ahora puede obtenerla veinticuatro horas al día mediante el amor (…) Amor a todo y a todos (…) Amor y meditación unidos abren la puerta a lo divino«. Los psicólogos dicen que los siete primeros años de vida son fundamentales. Tendríamos que hacer hincapié en dar amor, no en recibirlo». «Si condenamos… Esa parte condenada se hará inconsciente». «La mente consciente es impotente ante la inconsciente, porque no es sino un subproducto de la sociedad, y la inconsciente es algo natural, biológico, lo que posee la energía, la fuerza. De modo que podemos seguir pensando en cosas «buenas» pero haciendo cosas «malas».
-«Llegamos a la madurez, al final de nuestra vida, pero nunca nos libramos del deseo sexual, de la pasión sexual. ¿A qué se debe? A que no hemos comprendido el arte y la ciencia del sexo. Voy a ofreceros ciertas claves para que la experiencia que suele durar un momento se prolongue hasta tres horas (…) Cuanto más pausada y relajadamente se respira, más se prolonga el acto (…) Si durante el acto sexual la atención está centrada entre los ojos (tercer ojo) la duración del acto sexual puede prolongarse hasta tres horas. Comprender el sexo, vivirlo y otorgarle un lugar sagrado en vuestra vida: habría que abordar el sexo como cuando nos aproximamos a un santuario (…) En la experiencia sexual estamos más cercanos al Creador (…) Si abordamos el sexo con un sentido de lo sagrado, como una oración, vislumbraremos lo divino (…) Y jamás te aproximes al sexo con dureza, con odio, con celos, con irritación, en momentos de angustia». «Si una pareja formada por un hombre y una mujer pueden prolongar el acto sexual durante más de media hora, aparece un halo de luz a su alrededor».
–«Existen tres niveles en la experiencia sexual. El primer nivel es físico, totalmente fisiológico» (un hombre va a una prostituta… una persona viola a otra… matrimonio concertado donde no hay amor). «En las sociedades en las que el cuerpo constituye el fundamento del matrimonio, los matrimonios son más estables.» «El segundo nivel es psicológico: de la mente, del corazón. «Las vivencias del sexo en Occidente se centra en este segundo nivel y por eso se deshacen los matrimonios y se desintegran las familias… La experiencia del sexo es más profunda en este segundo nivel». El tercer nivel es el espiritual. «El sexo espiritual» (relación sexual espiritual entre madre e hijo: «esta es la razón por la que ninguna mujer se siente plenamente satisfecha hasta que es madre» (…) Y también es esa la razón por la que en cuanto una mujer es madre empieza a disminuir su interés por el sexo (…) Ha probado una bebida más profunda: la maternidad (…) Esa es la razón por la que las mujeres apasionadas por el sexo no quieren ser madres: mantiene su interés por el sexo negándose a ser madre» (…) «Si el amor florece en el nivel espiritual el marido acaba por transformarse en hijo». «Freud no tenía ni la más remota idea de la existencia del sexo espiritual… Toda la obra de Freud, toda su información, trata sobre el sexo enfermizo: la conducta histérica, la masturbación, todo es una investigación sobre eso». » La masturbación -física o mental- es una perversión. No existe en la naturaleza… pero sí en los zoológicos… La atracción por la pornografía simplemente expresa que la mente se encuentra en un estado anormal».
–Deconstruyendo el condicionamiento sexual: «El sexo muestra la dependencia más profunda: demuestra que necesitamos a alguien para el placer, perdemos independencia y eso hiere el ego. El otro puede decir «no». En el sexo nos convertimos en animales. Pasar de la energía sexual a la meditativa: «Si estás alerta, notarás los cambios de energía de tu cuerpo; en segundo lugar, que tu mente se libra de tus pensamientos; y en tercer lugar, que tu corazón se libra del ego… Tres caminos se abren: «Si seguís el camino de la supresión, podéis convertiros en los llamados seres humanos: falsos, superficiales, huecos, imitadores, no auténticos, irreales. Si seguís el camino del exceso, seréis como animales -bellos, más bellos que los llamados seres civilizados, pero animales al fin y al cabo-, y no estaréis alerta, no seréis conscientes de la posibilidad de crecimiento, del potencial humano. Si transformáis la energía, os haréis divinos: El animal salvaje con la belleza absoluta de ser»(…) «Sí, en vosotros surgirá una gran compasión. Es la misma energía sexual, liberada de los objetos sexuales, sin represión. Liberada. No reprimida a la fuerza, sino razonablemente liberada. Esa misma energía sexual se transforma en amor, en compasión». «En el momento en que aparece una mujer desnuda se dilatan las pupilas, es algo involuntario, no se puede controlar, no se puede hacer nada porque es un acto reflejo. Los ojos son así, por una cuestión biológica. El hombre dice: «no me siento atraído», pero quien habla es solo la mente consiente. El inconsciente sí se siente atraído.» «Mientras que el sexo es compartir el cuerpo, el amor es compartir el corazón». «Es una jerarquía, una pirámide. La base es el sexo y la cima la oración, y entre ambos crece el amor». «El sexo nunca satisface sino que crea mayor insatisfacción». «Cada cual debe encontrar su camino para salir de esta sociedad patológica, y el mejor camino consiste en empezar a ser orgásmico de todas la maneras posibles: Si vas a nadar, hazlo con todo tu ser, para transformarte en el nadar, en el verbo: el sustantivo se disuelve. Si corres, transfórmate en el correr, no el corredor. Si hablas, habla apasionadamente; si no, aburrirás a los demás y a ti mismo». No hay obligación de hacer nada, pero lo que te apetezca hacer, hazlo de verdad». «El cuerpo es lo más bello que hay en el mundo. Ninguna flor puede competir con él. Es la floración más completa de la naturaleza. El sexo no es sino dos personas que comparten su energía, nada más. Ama. El amor físico es bueno, pero no te quedes ahí. Intenta llegar a niveles de comunicación más profundos, más elevados. Y un día, simplemente estar cogidos de la mano resulta tan orgásmico que un orgasmo sexual es un pálido reflejo. Al miraros a los ojos, os sentiréis inmediatamente transportados a otro mundo».
-Relación entre la muerte y el sexo: «Nacemos del sexo. Y el nacimiento y la muerte son los los opuestos de una misma cosa (…) En un acto sexual intenso, experimentas una especie de muerte, como si ya no existieras, llega un momento en que se expulsa la mente consciente y toma el poder la mente inconsciente, llega un momento en el que el ego no puede existir y domina la ausencia de ego. Notas una muerte repentina del ego; sientes que estás muriendo: muere el ego, la conciencia, la individualidad (si has realizado el acto total, profundamente, te fusionas).
–Sexo y amor. «Elevarse en el amor es algo espiritual. Caer en las redes del amor es algo biológico (…) A medida que el amor se hace más profundo, empiezas a aceptar a la persona tal y como es, dejas de intentar cambiar al otro» (…) Esta clase de amor no necesita nada de la otra persona (…) En este amor puede darse a veces el sexo, o no darse durante meses, y al final desaparece por completo» (…) No dejéis que os domine la biología. Quien debe dominar es la consciencia» (…) Solo por mediación del otro te descubres a ti mismo» (…) Y solo hay dos caminos para alcanzar lo divino: o la meditación o el amor. Debéis encontrar vuestro camino, vuestro destino». «Pero eso solo es posible (no sentir celos) cuando has logrado tal equilibrio que puedes vivir sin un amante, puedes vivir sin que te amen y ser tan feliz cuando te aman, cuando el amor deja de ser una necesidad y se transforma en pura diversión. Si te quieren bien, si no te quieren, también bien: no ansías el amor».
-Diferentes orgasmos: «Y recuerda que si permites que el otro te penetre se produce una gran dicha. Cuando los cuerpos de dos amantes se penetran mutuamente se da un orgasmo físico, cuando dos mentes se penetran mutuamente se da un orgasmo psicológico, y cuando se penetran dos espíritus hay un orgasmo espiritual«. Orgasmo físico: «Pero la eyaculación no es el orgasmo. Es una descarga muy localizada, una descarga sexual, no un orgasmo. Una descarga es un fenómeno negativo -simplemente se pierde energía-, y el orgasmo es algo completamente distinto. Es una danza de la energía, no una descarga, sino un estado extático de la energía. La energía se convierte en una corriente que recorre todo el cuerpo: no es algo sexual, sino físico. Cada célula, cada fibra del cuerpo vibra con ese nuevo júbilo. Se rejuvenece, y a continuación sobreviene una gran calma. Orgasmo psicológico: «Cuando permites que alguien que esté muy próximo a ti, cuando permites que alguien se aproxime tanto a ti que vuestras mentes empiezan a coincidir, a penetrarse, se da algo que supera hasta tal punto el orgasmo físico que se produce un salto. El orgasmo físico es maravilloso, pero nada en comparación con el psicológico. Una vez que se conoce el orgasmo psicológico, el físico pierde su atracción poco a poco». Orgasmo espiritual: Cuando coinciden dos espíritus, y con espíritus me refiero a dos vacíos, a dos ceros».
–Santidad de las personas: «¡Cuidado! Toda persona tiene una tremenda dignidad, y nadie puede quedar reducido a un producto, a un objeto. Respetad a los hombres, respetad a las mujeres, porque ambos son divinos. Ambos os ofrecéis en el templo del amor, en el templo del dios del amor. Camináis por terreno sagrado. Y después, la conducta de las personas tendrá un carácter completamente distinto». «Todas las parejas deberían recordar que por el mero hecho de ser parejas no tienen que dominarse mutuamente, no tienen que ser los amos, sino solo compañeros, amigos… no tiene nada que ver con la posesión. Hombres y mujeres no son cosas para poseer, sino personas a las que respetar. No son medios que utilizar. «Cuando el sexo ha desaparecido por completo, toda la energía que está retenida en la sexualidad se libera en el amor, en la compasión».
-Utilidad del sexo. «La forma más baja es cuando el sexo solo sirve de alivio, como un estornudo. La forma más elevada es enormemente creativa: la energía no es expulsada de tu ser, sino que vuelve a circular por planos más altos. La energía despega, empieza a elevarse por encima de la gravitación a penetrar en los chakras más elevados. No se trata solo de un alivio, sino de un maravilloso vuelo, extático. Y entonces comprendes que en el momento más profundo del orgasmo desaparecen el tiempo y el ego. Una vez que lo sepas, ya no necesitarás el sexo. El sexo te ha revelado sus secretos, te habrá dado la llave, la llave de oro. A partir de ese momento podrás utilizar esa llave de oro sin actividad sexual. Entonces podrás sentarte en silencio, en zazen, vipasana. Podrás sentarte en silencio, abandonar tu ego y olvidarte del tiempo. Y llegarás a las mismas alturas y te quedarás cada vez más tiempo en ellas».
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